Fruta por excelencia en los países tropicales, el mango ya es un alimento autóctono en Honduras. Existen cultivos en todo el país pero Reitoca en la zona sur de Francisco Morazán es uno de los lugares que produce en gran cantidad de esta fruta y abastece los mercados de Tegucigalpa para que los hondureños puedan disfrutar de tan delicioso y exquisito manjar.
Existen unas distintas variedades de mangos, más o menos dulce, más o menos ácida, los especialistas consideran esta fruta “saludable y medicinal, dotada de una elevada riqueza vitamínica y en él se reconocen una serie de valores diuréticos y laxantes. Su consumo habitual es fresco, pues así se pueden apreciar mejor sus cualidades”.
Es por eso que los hondureños acuden a buscarlo a los pueblos o mercados artesanales para preparar una deliciosas ensaladas, con especias, chile, sal o vinagre.
Los habitantes de Reitoca gozan de una gran variedad de mangos y así se pasan el tiempo libre en el municipio, que es tierra fértil para la producción de mango de corazón, aniz, níspero o cojon que en este tiempo inunda los mercados capitalinos, donde es distribuido en las calles y avenidas de Tegucigalpa.
Para que este producto llegue a la capital tiene que ser bajado por humildes campesinos y cargados a hombros o en bestias a las terminales de buses que de allí son transportados a los mercados así es el comercio de esta fruta que es favorita para ensalada, deleitar en miel o maduro.
Muchos reitoqueños que residen en las diferentes ciudades del país y en muchas partes del mundo recuerdan momentos de su niñez porque desde la escuela o las tarde de barrio visitaban algún terreno propio o ajeno para poder disfrutar de esta fruta. Y si el dueño te siguió y perdiste algunas de tus pertenencias camisa, chancletas o si dejaron en el cerco la falda de una dama para llevar las primeras frutas de la cosecha a un admirador o admiradora no es casualidad en esta zona.
